un día como tantos,
han pasado las horas sin saberlo
y ha llegado la sombra
a ocupar los rincones de la casa.
La ventana recoge la luz de las farolas,
rompe el tranvía
la quietud del ocaso en sus raíles
y el pensamiento corre hacía otros días
que también acabaron
aunque quise inventar su permanencia.
Qué bien expresa el tránsito del día con el paso del tiempo personal.
ResponEliminaEsta señora es muy buena. El enlace te llevará a la entrevista que ha publicado Tot Barcelona que le hizo Francesc Cornadó.
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